Hace 10 años, cuando empecé a dar clases particulares tuve la suerte de conocer a quiénes se convertían en "mis primeras alumnas", Raquel y Cristina, a quiénes he impartido clases de 3º de primaria hasta finalizar el bachillerato de forma continua.
Hemos preparado cientos de exámenes y trabajos juntas, a veces el tiempo jugaba en nuestra contra, pero siempre superamos los obstáculos.
Ellas han crecido, ya no necesitan mi ayuda y ahora nos vamos juntas a vivir aventuras, como si la diferencia de edad entre nosotros no existiese.
Gracias por haber confiado en mí año tras año, gracias ser quiénes creasteis el principio de mi gran aventura y celebráis de corazón cada uno de mis éxitos.
Seguido de ellas, vinieron "mis segund@s alumn@s", es por ello que en La Academia de Tamara hay un homenaje: en la fiesta de inaguración de La Academia todos mis antiguos alumnos dejaron "su mano" en la pared con su nombre escrito.
Gracias por vuestro amor y ser cómplices en mi aventura, sin vosotros no hubiese sido posible.